
Perder a un hijo es una de las experiencias más dolorosas que puede atravesar una familia. Cuando se pierde un bebé durante el embarazo, el parto o poco después del nacimiento (muerte neonatal), el dolor es intenso. Esta pérdida trae sorpresa y silencio. Se siente como si algo natural se hubiera interrumpido de forma abrupta.
La muerte de un recién nacido no solo representa la ausencia física de un ser amado, sino también la pérdida de un futuro soñado. En este artículo, queremos acompañarte en ese proceso y compartir algunas herramientas para transitar el duelo perinatal con amor, respeto y acompañamiento.
El duelo perinatal o del recién nacido
El duelo perinatal es el dolor emocional que sienten los padres y familiares. Esto ocurre tras la pérdida de un bebé durante el embarazo o poco después de nacer.
Este tipo de pérdida es muchas veces invisibilizada, y eso puede dificultar el proceso de sanación. Validar la tristeza, nombrar al bebé y reconocer el vínculo son pasos importantes. Esto ayuda a elaborar el dolor y encontrar paz interior.
Etapas del duelo
Cada persona vive el proceso de duelo de forma diferente, pero es común atravesar algunas etapas como:
- Negación: dificultad para aceptar la pérdida.
- Ira: sentimientos de injusticia, culpa o frustración.
- Negociación: deseos de revertir la situación o pensamientos «si tan solo…».
- Tristeza profunda: dolor emocional y sensación de vacío.
- Aceptación: incorporación de la pérdida como parte de la historia de vida.
Estas etapas no siempre ocurren en orden y pueden repetirse. Lo importante es permitirse sentir y buscar ayuda cuando sea necesario.
Recomendaciones para los padres
- Busca apoyo emocional: hablar con psicólogos, especialistas en duelo perinatal o unirte a grupos de apoyo puede ayudarte a canalizar el dolor.
- Honra su memoria: ponerle nombre, escribirle una carta o crear un ritual de despedida puede dar sentido al vínculo.
- No te exijas estar bien rápido: el proceso es personal y toma tiempo. Permitirse llorar y sentir es parte de la sanación.
- Cuida tu salud física y mental: descansar, alimentarte bien y evitar el aislamiento son pasos importantes.
- Pedir ayuda si sientes que no puedes más: el apoyo psicológico es fundamental cuando el dolor se vuelve abrumador.
Recomendaciones para familia y amigos
- Escucha sin juzgar: muchas veces no se necesita decir nada, solo estar presentes y escuchar con empatía.
- Evita frases como «todo pasa por algo» o «al menos sabes que puedes embarazarte»: minimizan el dolor y no ayudan.
- Valida la pérdida: reconoce al bebé como un ser importante y querido.
- Respeta los tiempos de duelo: no apresures el proceso ni impongas expectativas.
- Ofrece ayuda concreta: acompañamiento a consultas, apoyo en el hogar o simplemente estar cerca puede hacer la diferencia.
En resumen
La muerte de un hijo, por pequeño que haya sido su tiempo en este mundo, deja una huella imborrable en quienes lo amaron. Afrontar esa ausencia con amor, contención y acompañamiento puede marcar la diferencia en el camino del duelo. En Sociedad Funeraria Nacional comprendemos la importancia de honrar cada vida, sin importar cuán breve haya sido.
Nuestros planes exequiales y servicios funerarios están pensados para ofrecer apoyo desde el inicio, durante y después de los momentos más difíciles. Contamos con espacios para el descanso eterno: como El Batán, San Diego y Colinas de Paz. Ubicados estratégicamente en Quito, donde es posible crear un homenaje con respeto y dignidad.
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