
El Día de la Madre puede convertirse en un día doloroso si has sufrido la muerte de una madre. Las emociones se vuelven intensas, contradictorias y difíciles de manejar, sobre todo si es el primer Día de la Madre sin ella. En este artículo, exploraremos cómo atravesar esta fecha desde la aceptación y el autocuidado. Además, te damos algunas ideas para honrar su memoria sin dejar de reconocer el proceso de duelo.
Aceptar el dolor y la contradicción emocional
Perder a una madre significa enfrentarse a un vacío profundo. En el Día de la Madre, este vacío se vuelve especialmente visible, rodeado de celebraciones, mensajes publicitarios y reuniones familiares. Es común sentir tristeza, enojo, nostalgia y amor al mismo tiempo. No hay emociones «incorrectas»: aceptar que el dolor convive con los buenos recuerdos es parte esencial del proceso de duelo.
Permítete llorar, estar en silencio o no participar de actividades si no te sientes listo. Validar tus sentimientos es el primer paso para transitar esta fecha con respeto hacia ti mismo.
Buscar apoyo emocional
La muerte de mi madre puede sentirse como una experiencia solitaria, pero no tienes que atravesarla en aislamiento. Hablar con amigos, familiares o un terapeuta puede ayudarte a desahogar pensamientos y emociones que duelen. Los grupos de apoyo o espacios de acompañamiento en fechas significativas como esta pueden darte contención y comprensión.
No tengas miedo de decir que la fecha te afecta. Compartir tu sentir también permite que los demás te apoyen desde un lugar de empatía.
Cuidar tu bienestar físico y mental
Cada etapa del duelo impacta también en la salud física: cambios en el sueño, apetito y energía son comunes. En fechas como el Día de la Madre, estos efectos pueden intensificarse. Por eso es importante cuidar de ti mismo: hidrátate, come lo suficiente, camina, descansa.
Dedicar un momento a actividades que te reconforten (leer, escuchar música suave, practicar respiración consciente) puede ayudarte a sobrellevar mejor el día.
Honrar su memoria
El Día de la Madre puede transformarse en una oportunidad para honrar su memoria. No desde la obligación de hacer algo grande, sino desde lo personal y significativo. Puedes encender una vela, cocinar tu receta favorita, visitar su tumba, escribirle una carta o simplemente recordarla en silencio.
Estos rituales pueden ayudarte a reconectar con ella desde el amor y no solo desde la ausencia. Incluso si el funeral de una madre fue reciente, este tipo de acciones pueden brindar consuelo y sentido.
Aceptar el cambio y permitirte seguir
La vida después de la muerte de una madre no vuelve a ser la misma, y eso está bien. Parte del proceso de duelo implica reconstruir la propia identidad sin su presencia física. Esto lleva tiempo, requiere paciencia y mucho amor hacia ti mismo.
Aceptar el cambio no significa olvidar, sino adaptarse a una nueva forma de vincularse con su recuerdo. No te exijas estar bien, solo avanza a tu ritmo.
Un mensaje desde Sociedad Funeraria Nacional
En Sociedad Funeraria Nacional, sabemos que el Día de la Madre puede ser particularmente difícil para quienes están enfrentando una pérdida tan importante. Queremos acompañarte en este camino con respeto y comprensión.
Nuestros servicios funerarios en Quito están pensados para ayudarte a vivir el duelo con apoyo y tranquilidad. Conoce nuestros planes exequiales y soluciones integrales en www.sociedadfunerarianacional.com.
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